El Juicio Saliendo del jardín del sol, el Loco presiente que está cerca del fin de su viaje, y se siente preparado para un paso final. Pero algo se lo esta impidiendo, algo no le deja. Mira hacia arriba, con la esperanza de encontrar consejo del sol; En cambio ve un ángel ardiente, hermoso y temible. -Tienes razón, confirma la imagen angélica, -tienes solo un último paso en tu viaje, un paso final. Pero no puedes hacer este paso hasta que dejes descansar a tu pasado. El Loco esta perturbado. - ¿Dejarlo descansar? Pensaba que había dejado atrás todo. - No hay ningún modo de hacer esto, declara el ángel. - Cada paso desgasta un poco el zapato, solamente un poquito, pero influye en tu siguiente paso, y al siguiente y al siguiente… Tu pasado siempre esta debajo de tus pies. No puedes esconderte de el, escaparte de el ni deshacerte de el. Pero puedes abrirlo, visualizarlo, y llegar a aceptarlo. ¿Estas dispuesto a hacerlo?
El Ángel entrega al Loco una trompeta pequeña. El Loco vacila, pero sabe que esa es la decisión final… seguir adelante, o quedarse donde esta. Sopla, y el sonido de la trompeta retumba en el cielo, sus vibraciones parece abrir una raja en la tierra, abrir el mundo. Desde debajo de los pies del Loco salen recuerdos. Imágenes de su juventud inocente, retos, amores, fracasos, pérdidas, éxitos, desilusiones y sabiduría. Por primera vez no
intenta abandonarlos, ni ignorarlos, ni olvidarlos, pero los acepta. No son
para temerlos. Pasaron, pero ya se han ido. Solamente el los trae al presente. Con este reconocimiento desaparecen sus memorias. Aunque siguen allí en su mente, ya no ejerce ningún poder sobre el. Es libre de ellos, renacido y plenamente en el presente. |