El Loco esta a punto de completar un ciclo que empezaba a construir, cuando el mago le revelaba estas herramientas. Pero ahora hay enemigos en su camino, gente retorcida, malas circunstancias, hasta confusiones en su propia mente. El impulso para seguir ha desaparecido; Siente que esta luchando sin poder avanzar. Andando por una playa viendo las olas entrar, intenta entender como vencer a estos enemigos y como hacer las cosas volver a su curso. Esto es cuando tropieza con un cochero, de pie en su carro de oro y plata, los dos caballos – uno blanco y otro negro – están descansando.
- ¡Tu pareces un guerrero victorioso!, observa el Loco, - ¿dime el mejor modo de derrotar a un enemigo?
El guerrero hace un gesto con la cabeza hacia el mar…
- ¿Alguna vez has ido nadando en el agua y sido atrapado por la marea que te va llevando mar adentro? Si intentas nadar adelante, no llegas a ningún sitio. Nadas y nadas, y la corriente te arrastra para atrás, y si te cansas, te ahogas. El único modo de ganar a la marea sin perder toda tu energía, es nadar en paralelo con la orilla, y lentamente acercarte en diagonal. Igual también, cuando luchas en un carro. Vences colocándote al lado del adversario al que quieres derrotar. – El guerrero hace otro gesto hacia los dos sementales: - Tus caballos hacen que las ruedas ródan, pero es tu control y dirección que te brinda la victoria. Hay que hacer que Oscuridad y Luz tiran en harmonía, según tus indicaciones. El Loco se queda impresionado e inspirado. Piensa que ya sabe como ganar su propia batalla. Le da las gracias al guerrero, pero antes de marcharse para al Loco: - Otra cosa, le dice, - ninguna victoria puede ser posible sin una perseverante convicción de tu causa. Y sobre todo, recuerda esto: La victoria no es el fin, sino el principio. |